Nélida INTA combina alta producción de biomasa, un excelente rebrote y una alta producción de granos. A diferencia de los otros cultivares de su tipo, posee una espiga de 2 hileras, siendo la cebada pastoril de mayor potencial de rendimiento de granos de alta calidad nutritiva para la alimentación animal.
Es ideal para comenzar las cadenas forrajeras de verdeos y complementar pasturas, avenas y raigrases anuales. También puede ser utilizado como puente verde, incluso haciéndole algún pastoreo temprano. Para su utilización doble propósito es recomendable hacer uno o dos pastoreos y clausurar el lote a los animales a partir de junio o julio, según la región y la fecha de siembra
Nélida INTA posee un alto potencial de producción de forraje, superior a otros cultivares. Produce un 40% más que los cultivares cerveceros y un 15% más de forraje que los cultivares forrajeros, tomando el promedio de 4 años de ensayos comparativos de rendimiento en la localidad de Bordenave, la cual posee condiciones ambientales duras en cuanto a temperaturas y precipitaciones. En estos años se realizaron entre tres y cuatro cortes de forraje.
Datos generados en la EEA INTA Bordenave.
En cuanto a su status sanitario, Nélida INTA posee excelente tolerancia al frío y muy buen comportamiento a las principales enfermedades que afectan al cultivo, como escaldadura (producida por el hongo Rhynchosporium Scelais), mancha en red (producida por el hongo Drechlera teres) y BYDV (Virus del mosaico amarillo de la cebada). Además, es resistente al pulgón verde de los cereales (Schizaphis gramineanum), plaga que afecta fuertemente a los cereales de invierno en los primeros estadios del cultivo.